El homúnculo de Penfield

 

 

 

 

 

 

El crecimiento neuronal en el cerebro puede explicar el "Síndrome del Miembro Fantasma".


Uno de los más problemáticos efectos después de la amputación de un brazo o una pierna es el Síndrome del Miembro Fantasma en el cual la persona dice estar recibiendo sensaciones del miembro perdido.

 

Neurocientíficos de la Universidad de Vanderbilt informaron la primera evidencia directa de que el crecimiento significativo y la reconexión de neuronas en el cerebro de los amputados puede estar en la raíz de este problema. El hallazgo puede llevar, de última, al tratamiento del la sensación de miembro fantasma. También aumenta la esperanza de que sea posible reparar las médulas espinales dañadas por lesiones a medida que los científicos encuentren la forma de promover y regular tal crecimiento.

 

Desde hace tiempo los neurocientíficos han sabido que el síndrome del miembro fantasma y su compañero cercano, el dolor de miembro fantasma, son efectos colaterales indeseables del intento del cerebro por reorganizarse después de una interrupción seria de la información sensorial que recibe del resto del cuerpo. Las regiones específicas del cerebro en la corteza cerebral, el tálamo y el tronco encefálico que procesan la información sensorial del sistema nervioso central están altamente organizadas y su organización empieza a cambiar después de una amputación o una lesión espinal importante.

 

Neeraj Jain, Sherre L. Florence, Hui-Xin Qi y Jon H. Kaas informan en la revista PNAS que las neuronas de los cerebros de monos adultos crecen y hacen nuevas conexiones en las áreas somatosensoriales cuando son masivamente deprivadas de entrada sensorial. Esto sugiere que el crecimiento neuronal está en la reorganización que sigue a las lesiones, dicen los autores.

 

"Sospechamos por algún tiempo que este era el caso", dijo Jain. "Pero hasta hace poco la visión prevaleciente ha sido que esta clase de crecimiento regenerativo no ocurre en cerebros adultos. Por suerte, esta nueva visión sugerirá las formas de parar o revertir las sensaciones del miembro fantasma, las que tienden a volverse cada vez más reales con el tiempo."

 

El síndrome de miembro fantasma es el ejemplo más dramático y misterioso de un fenómeno llamado dolor neuropático, dolor que no parece tener una causa física ya que es producido por un mal funcionamiento del sistema nervioso. El dolor neuropático responde muy poco a los tratamientos standard del dolor y puede ponerse peor con el tiempo en lugar de mejorar. Para algunas personas se vuelve una discapacidad seria.

En su artículo en PNAS los investigadores de Vanderbilt informan de una serie de estudios en cerebros de monos adultos que tenían lesiones espinales o un brazo amputado por razones terapéuticas.

 

Las terminales nerviosas en la mano, el brazo, la cara y otras partes del cuerpo están conectadas al cerebro a través de la médula espinal. La información sensorial de cada parte del cuerpo está localizada en áreas específicas del tronco encefálico, el tálamo y la corteza. Estas áreas se muestran claramente en la corteza cerebral de los monos que en los humanos ya que la corteza de los monos es lisa, no altamente arrugada como en la corteza humana. Esto ha permitido a los investigadores mapear estas áreas somatosensoriales y han encontrado que las áreas conectadas a la car están adyacentes a las que están conectadas a la mano y el brazo.

 

"El cerebro humano está organizado casi de la misma manera. La gente que ha perdido un brazo frecuentemente dice que cuando son tocados en la cara sienten como si la sensación viniera del miembro perdido", dijo Jain.

Para determinar como el cerebro de los monos con lesiones espinales o brazos amputados han cambiado como resultado de su pérdida los investigadores inyectaron primero un compuesto trazador en sus mentones. Cuando sus cerebros fueron examinados los científicos encontraron evidencia del trazador no solo en las regiones del cerebro asociadas con el mentón sino también en áreas asociadas con la mano y el brazo.

 

"Esto demuestra que el cerebro no está quieto sino que reacciona a los cambios importantes", dijo Jain.

Cuando la entrada sensorial de una parte del cuerpo desaparece repentinamente el cerebro reacciona reprogramando el área que ya no está sirviendo a una función útil. Este es un proceso muy lento, lleva meses o años. Además la pérdida sensorial tiene que ser masiva para disparar estos cambios: el cerebro tiene otras formas de responder a pérdidas más pequeñas como la de un dedo, dijo el científico.

Para determinar si el crecimiento neuronal estaba involucrado en el proceso de reprogramación los investigadores fueron al tronco encefálico, donde las áreas somatosensoriales son mucho más compactas. Su hipótesis era que aún el crecimiento neural más modesto en esta parte del cerebro tendría consecuencias significativas.

 

Los investigadores encontraron evidencia clara de que las neuronas del área de la cara en el tronco encefálico habían extendido sus axones y habían hecho un número de conexiones en el área de la mano. Encontraron que aunque el número de estas conexiones era limitado había suficiente para activar muchas de las neuronas del área de la mano.

 

"Concluímos que el sistema nervioso central del primate adulto es capaz de crecer extensamente y que este crecimiento de unas pocas nuevas conexiones puede tener un impacto importante en la organización funcional del cerebro", concluyeron