Biofeedback

 

Los pacientes que manifiestan experimentar la dolencia fantasma en un miembro descrita como quemazón-picazón-hormigueo y que tienen un sistema vascular normal, pueden experimentar alivio con una prueba de biorretroacción electromiográfica de superficie, que es fácil de aprender y da a los adiestrados la confianza que ellos necesitan para aprender a controlar la temperatura de su miembro.

 

Si el paciente describe la dolencia fantasma de un miembro como calambre-compresión y es capaz de aprender a controlar los músculos voluntarios, es apropiada una prueba de biorretroacción electromiográfica de superficie. Los amputados que describen su dolencia fantasma como golpe-disparo pueden tener éxito aprendiendo a controlar otros tipos de sensaciones fantasmas, pero probablemente las sensaciones golpe-disparo no experimentarán cambio alguno. A los amputados que describen sensaciones combinadas de quemazón y calambres se les puede dar un tratamiento que puede controlar ambos mecanismos subyacentes.

 

El propósito específico del tratamiento es enseñar a los amputados con quemazón-picazón-hormigueo a considerar habitual e inconscientemente que su miembro residual está tan caliente como su miembro intacto. Para los amputados con calambres el objetivo es enseñarles a evitar el acceso mediante el aumento de tensión o estiramiento en el miembro residual. A estos objetivos se llega a través de distintos grados o etapas. Primero se les demostrará la relación existente entre la temperatura del miembro residual o la actividad muscular con el acceso y la intensidad de la dolencia fantasma hasta que estén absolutamente convencidos de esa relación. Luego se los instruirá acerca del reconocimiento de la tensión muscular y la temperatura con un entrenamiento muy similar al sistema de Jacobson.

 

Se les dará una cinta grabada con ejercicios que realizarán en su hogar al menos dos veces por día. El propósito de esta fase es empezar a aumentar sus conocimientos sobre los cambios de temperatura en el miembro, y pautas de tensión de modo de empezar a ayudarlos a aprender a controlar estos parámetros.

 

Luego de varias semanas las cintas serás usadas solamente une vez por día y los pacientes comenzarán a hacer los ejercicios por sí mismos, y por lo menos una vez en el hogar y una vez mientras están fuera en su ambiente normal de trabajo. Esto está pensado para empezar a generalizar su conocimiento de los cambios en los parámetros en el ambiente normal del paciente. La semana siguiente a la que los pacientes han comenzado el tratamiento en su hogar, participarán también en sesiones semanales o quincenales que se realizarán en la clínica. Las sesiones seguirán los lineamientos detallados en el manual de aplicaciones de Biorretroacción y por la Asociación de Psicofisiología Aplicada.

Figura 1

 

Al paciente se le enseñara que el tratamiento con la biorretroacción de temperatura comienza después que se le ha colocado en el dedo índice (fig.1.) un sensor de temperatura. Si el paciente no tuviera manos, se colocará el sensor en un dedo del pie. La temperatura de la piel del paciente le será indicada por un display digital y otro métrico y una señal audible. Continuará recibiendo el tratamiento antedicho hasta que esté en condiciones de demostrar en forma consistente y confiable que distingue la elevación de la temperatura de sus dedos. Normalmente no hay pacientes que estén trabajando con un objetivo prefijado de adquirir rápidamente la capacidad de aumentar, bajar y volver a subir la temperatura de su dedo porque la concreción de esos objetivos no parece tener relación con el control de los síntomas.


En cambio, se debe adaptar cada tratamiento a la capacidad de cada individuo de elevar la temperatura. Luego de demostrado el control en el dedo, el sensor se coloca en la parte caliente del miembro residualy se lo entrena al paciente en la capacidad de controlar la temperatura de esa área. Este es un lento proceso que puede requerir ocho o más sesiones. El sensor no debe ser colocado cercano al extremo del miembro residual donde la irrigación vascular es altamente anormal, y además los paciente no aprenderán a controlar la temperatura del miembro si el sensor es colocado en esa parte.


Los pacientes que están aprendiendo a reconocer y controlar la tensión o estiramiento muscular

reciben un programa similar. Se les colocan sobre la frente electrodos de superficie y las señales son retroaccionadas a través de una barra luminosa o un display audible.

 

Se instruirá al paciente para que baje el tono y las lecturas de bargraph. Cuando está en condiciones de demostrar su capacidad de relajar sus músculos faciales en forma confiable, los sensores se cambian de lugar y se colocan en otros puntos trapezoides donde se efectúa un proceso similar. Luego de demostrado el control por parte del paciente, se coloca el electrodo EMG sobre uno de los músculos mayores del miembro residual y se enseñara al paciente a reconocer los indicios de tensión mediante el control de la tensión muscular en el miembro. Este proceso demandará doce o más sesiones.

 

El reconocimiento de la temperatura del miembro residual y o de los indicios de la tensión muscular en el ambiente normal del paciente se acentúa por intermedio del proceso de entrenamiento, en modo que dicho control se realiza mientras el paciente está en su ambiente normal, sin que tenga que concentrarse en un continuo mantenimiento del control.

 

CONCLUSIÓN

 

El diagnóstico preciso es esencial y debe hacerse una perfecta diferenciación del dolor del muñón.

 

El tratamiento del dolor fantasma debe proseguir desde las medidas no invasivas sencillas hasta las medidas más complejas o invasivas.

La biorretroacción puede resultar un tratamiento efectivo para las dolencias fantasmas del miembro, como los calambres y la quemazón, cuando es usada con los pacientes adecuados, juntamente con un entrenamiento de reconocimiento y control en el hogar de la temperatura y tensión básicas.

 

Se debería intentar esta modalidad antes de usar medicamentos u otros invasivos, dado que es por lo menos igual de efectiva y releva a los pacientes de la necesidad de continuar con el uso de drogas que generalmente tienen efectos colaterales deletéreos.